ASUFRE
martes, 28 de septiembre de 2010
lunes, 27 de septiembre de 2010
RESULTADOS ELECTORALES
CANDIDATO VOTOS %
RAMON LOBO | 43.177 / | 61,57 % |
ALEXIS RAMIREZ | 46.161 / | 54,38 % |
GUIDO OCHOA | 45.659 | /53,18% |
sábado, 25 de septiembre de 2010
martes, 21 de septiembre de 2010
QUIETO PERRO!!!!!
21 sept. 2010 - Una foto extemporánea publicada en El Nacional, con la imagen de varios cadáveres apilados en la morgue de Bello Monte de Caracas, y la participación del Presidente de Telesur Andrés Izarra en un debate de CNN sobre la violencia y la inseguridad en Venezuela, fueron los detonantes que dieron origen a “Los guardianes del Periodismo pornográfico”, un ensayo donde el propio Izarra, junto al periodista cubano Félix López, desmontan el origen y las características de las manipulaciones de la prensa privada contra el gobierno de Hugo Chávez.
La presentación del texto contará con la participación del canciller Nicolás Maduro, el periodista José Vicente Rangel, el director de la agencia AVN Freddy Fernández, y los periodistas Roberto Malaver y José Roberto Duque, quienes, además, integrarán un panel de discusión sobre la actualidad del periodismo en Venezuela.
Los guardianes... aborda en profundidad la involución de un periódico como El Nacional, antaño dirigido por Miguel Otero Silva y hoy uno de los instrumentos de ataque más fuertes de la oligarquía venezolana contra el gobierno de Chávez. Al decir de José Vicente Rangel, quien escribió el prólogo del libro, en él “se hace una exhaustiva reseña de los episodios protagonizados por “los guardianes del periodismo pornográfico”, a los que los “guardianes del periodismo ético” les salen al paso. La relación que actualmente hay en el mundo y que el libro registra, entre monopolios mediáticos, grupos corporativos, políticos y partidos de la derecha, y, por ejemplo, las conexiones concretas de medios españoles, latinoamericanos y norteamericanos para lanzar calumnias contra Venezuela”.
El texto será presentado este lunes, a las 11 de la mañana, en las principales librerias del occidente del país.
La presentación del texto contará con la participación del canciller Nicolás Maduro, el periodista José Vicente Rangel, el director de la agencia AVN Freddy Fernández, y los periodistas Roberto Malaver y José Roberto Duque, quienes, además, integrarán un panel de discusión sobre la actualidad del periodismo en Venezuela.
Los guardianes... aborda en profundidad la involución de un periódico como El Nacional, antaño dirigido por Miguel Otero Silva y hoy uno de los instrumentos de ataque más fuertes de la oligarquía venezolana contra el gobierno de Chávez. Al decir de José Vicente Rangel, quien escribió el prólogo del libro, en él “se hace una exhaustiva reseña de los episodios protagonizados por “los guardianes del periodismo pornográfico”, a los que los “guardianes del periodismo ético” les salen al paso. La relación que actualmente hay en el mundo y que el libro registra, entre monopolios mediáticos, grupos corporativos, políticos y partidos de la derecha, y, por ejemplo, las conexiones concretas de medios españoles, latinoamericanos y norteamericanos para lanzar calumnias contra Venezuela”.
El texto será presentado este lunes, a las 11 de la mañana, en las principales librerias del occidente del país.
lunes, 20 de septiembre de 2010
Supermercal Mariano Picón Salas
Colocar más de 20 millones de toneladas de alimentos al cierre de 2010 es el nuevo reto de la red Mercal, anunció el presidente Hugo Chávez en cadena nacional.
Con este escenario se cubriría 40% del consumo nacional, indicó el primer mandatario en ocasión de la inauguración del Supermercal Mariano Picón Salas, en la ciudad de Mérida.
El Presidente recordó que Mercal comenzó "muy modesto" en 2003, luego del "golpe alimentario" de 2002, con 45.000 toneladas de alimentos colocadas, aproximadamente entre 4.000 y 5.000 toneladas al mes.
En siete años, Mercal ha crecido hasta el punto de alcanzar un acumulado de 9,49 millones de toneladas hasta el mes de agosto de 2010.
Chávez señaló que venían "de cero" y que antes la burguersía tenía "toda la hegemonía" en el sector alimentos. Agregó que con la venta de Mercal y Pdval "el pueblo ha ahorrado más de Bs.F. 20.000 millones en siete años".
También el Presidente admitió que la economía nacional se vio "fuertemente resentida" por la crisis internacional, pero que está saliendo y el Gobierno pudo proteger el empleo.
En Mérida
A propósito del séptimo aniverasario de la misión, la apertura del nuevo establecimiento de Mercal en Mérida (donde existen 357 puntos de venta) "forma parte de la estrategia de seguir creciendo", apuntó Chávez.
El Supermercal Mariano Picón Salas tiene capacidad para almacenar 120 toneladas diarias de alimentos.
Con este escenario se cubriría 40% del consumo nacional, indicó el primer mandatario en ocasión de la inauguración del Supermercal Mariano Picón Salas, en la ciudad de Mérida.
El Presidente recordó que Mercal comenzó "muy modesto" en 2003, luego del "golpe alimentario" de 2002, con 45.000 toneladas de alimentos colocadas, aproximadamente entre 4.000 y 5.000 toneladas al mes.
En siete años, Mercal ha crecido hasta el punto de alcanzar un acumulado de 9,49 millones de toneladas hasta el mes de agosto de 2010.
Chávez señaló que venían "de cero" y que antes la burguersía tenía "toda la hegemonía" en el sector alimentos. Agregó que con la venta de Mercal y Pdval "el pueblo ha ahorrado más de Bs.F. 20.000 millones en siete años".
También el Presidente admitió que la economía nacional se vio "fuertemente resentida" por la crisis internacional, pero que está saliendo y el Gobierno pudo proteger el empleo.
En Mérida
A propósito del séptimo aniverasario de la misión, la apertura del nuevo establecimiento de Mercal en Mérida (donde existen 357 puntos de venta) "forma parte de la estrategia de seguir creciendo", apuntó Chávez.
El Supermercal Mariano Picón Salas tiene capacidad para almacenar 120 toneladas diarias de alimentos.
sábado, 18 de septiembre de 2010
El capitalismo que se nos pretende imponer
Cuando la propaganda del capitalismo llama a las naciones del tercer mundo a implantar o ampliar políticas de mercado, o a rehuir las políticas socialistas de beneficio común, nadie puede saber si se trata simplemente de una burla que refleja la subvaloración que hacen de la inteligencia de los pueblos del Sur o si es una invitación que se les formula a hacerse cómplices del segmento minoritario de la población mundial que explota al mayoritario.
La manipulación de los medios de prensa que ha estructurado el imperio ha hecho que la mayor parte de los ciudadanos de los Estados Unidos, y una buena parte de los del resto de los países que se tienen por “occidentales” o del “norte”, llamen “democracia” a un sistema tan poco democrático como ese que preside Washington aunque en verdad rigen Wall Street y el complejo militar e industrial con eje en el Pentágono.
La política de guerra estadounidense en el periodo transcurrido desde el final de la segunda conflagración mundial, ha devenido estímulo principal para su economía interna y requisito obligado para el ejercicio de su dominación mundial.
La dictadura que Estados Unidos ejerce hoy sobre el mundo con apoyo de las clases opulentas de los demás países del planeta no obstante las serias contradicciones que la globalización impuesta a estos últimos disimula, pasa ahora por momentos que denotan precariedad.
La pobreza extrema, la marginalidad, la falta de oportunidades de educación y de trabajo digno, la emigración desintegradora de la familia con sus secuelas de violencia y drogadicción, todo resulta de un sistema capitalista que ha sido incapaz de dar respuestas mínimas a los acuciantes problemas que ha creado.
La ética individualista que está en la raíz del capitalismo es la madre de todo lo peor de las sociedades humanas de hoy: la corrupción, la apropiación ilegal de las cosas, la especulación, el bandolerismo, la explotación del trabajo ajeno, la privatización de los espacios sociales…
Como ha escrito el genial Eduardo Galeano, “la sociedad de consumo es una trampa cazabobos. No hay naturaleza capaz de alimentar a un shopping center del tamaño del planeta.”
Si el capitalismo pudiera exhibir un mundo de progreso, libertad y justicia sería fácil vender el sistema por todo el planeta y hacer que el Tercer Mundo lo acompañe en esta crisis, pero nada está más lejos de la realidad.
Según datos oficiales de Naciones Unidas, hay en este planeta 6 mil 800 millones de personas, de las cuales mil 20 millones son desnutridos crónicos; 2 mil millones no tienen acceso a medicinas; cerca 900 millones no tienen agua potable; más de 900 millones carecen de vivienda o viven en alojamientos precarios; mil 600 millones no tienen electricidad; 2 mil 500 millones carecen de sistemas de drenajes o cloacas; 770 millones de los adultos son analfabetos; 18 millones mueren al año a causa de la pobreza (la mayoría son niños menores de 5 años); más de 200 millones de niños y jóvenes de entre 5 y 17 años trabajan en condiciones próximas a la esclavitud como soldados, prostitutas, sirvientes o en otras tareas peligrosas o humillantes.
Obviamente, con tal catálogo de linduras, cada día tendrán que ser mayores los gastos y esfuerzos para vender al capitalismo como el sistema que el mundo necesita, mediante el ocultamiento de tantas realidades que cotidianamente laceran a la mayor parte de la población mundial, no solamente en las naciones subdesarrolladas.
Sólo por la fuerza de la propaganda y con la amenaza de las armas, ambas alimentadas con gigantescos recursos financieros y humanos en detrimento de los intereses reales de la humanidad, se mantiene la hegemonía global de Estados Unidos.
Véase cómo, para ejecutar la dominación militar, en medio de la crisis global del capitalismo, Washington ha instalado alrededor del planeta cerca de mil bases militares y libra dos grandes y cruentas guerras para mantener su ocupación de dos países en aras de sus objetivos geopolíticos y los intereses estratégicos de las grandes corporaciones petroleras.
Pero se hará cada vez más difícil hacer entender a los pueblos que es sostenible por más tiempo un sistema que genera tanta injusticia entre los seres humanos y que se muestra inepto en el manejo de las relaciones de éstos con la naturaleza. No se sabe si queda tiempo a la humanidad para reparar, en aras de su supervivencia, el desastre provocado en el medio ambiente por la voracidad que mueve al capitalismo, un sistema que no se puede humanizar, porque su naturaleza intrínseca es inhumana.
Un sistema, comoquiera que se le nombre, que anteponga lo social y la solidaridad a la avaricia y la competencia que impone el capitalismo - porque las necesita para existir- es el único camino de que dispone la humanidad para salvarse a partir de su más preciada aptitud, la inteligencia, aplicada a su elemental instinto de supervivencia.
La manipulación de los medios de prensa que ha estructurado el imperio ha hecho que la mayor parte de los ciudadanos de los Estados Unidos, y una buena parte de los del resto de los países que se tienen por “occidentales” o del “norte”, llamen “democracia” a un sistema tan poco democrático como ese que preside Washington aunque en verdad rigen Wall Street y el complejo militar e industrial con eje en el Pentágono.
La política de guerra estadounidense en el periodo transcurrido desde el final de la segunda conflagración mundial, ha devenido estímulo principal para su economía interna y requisito obligado para el ejercicio de su dominación mundial.
La dictadura que Estados Unidos ejerce hoy sobre el mundo con apoyo de las clases opulentas de los demás países del planeta no obstante las serias contradicciones que la globalización impuesta a estos últimos disimula, pasa ahora por momentos que denotan precariedad.
La pobreza extrema, la marginalidad, la falta de oportunidades de educación y de trabajo digno, la emigración desintegradora de la familia con sus secuelas de violencia y drogadicción, todo resulta de un sistema capitalista que ha sido incapaz de dar respuestas mínimas a los acuciantes problemas que ha creado.
La ética individualista que está en la raíz del capitalismo es la madre de todo lo peor de las sociedades humanas de hoy: la corrupción, la apropiación ilegal de las cosas, la especulación, el bandolerismo, la explotación del trabajo ajeno, la privatización de los espacios sociales…
Como ha escrito el genial Eduardo Galeano, “la sociedad de consumo es una trampa cazabobos. No hay naturaleza capaz de alimentar a un shopping center del tamaño del planeta.”
Si el capitalismo pudiera exhibir un mundo de progreso, libertad y justicia sería fácil vender el sistema por todo el planeta y hacer que el Tercer Mundo lo acompañe en esta crisis, pero nada está más lejos de la realidad.
Según datos oficiales de Naciones Unidas, hay en este planeta 6 mil 800 millones de personas, de las cuales mil 20 millones son desnutridos crónicos; 2 mil millones no tienen acceso a medicinas; cerca 900 millones no tienen agua potable; más de 900 millones carecen de vivienda o viven en alojamientos precarios; mil 600 millones no tienen electricidad; 2 mil 500 millones carecen de sistemas de drenajes o cloacas; 770 millones de los adultos son analfabetos; 18 millones mueren al año a causa de la pobreza (la mayoría son niños menores de 5 años); más de 200 millones de niños y jóvenes de entre 5 y 17 años trabajan en condiciones próximas a la esclavitud como soldados, prostitutas, sirvientes o en otras tareas peligrosas o humillantes.
Obviamente, con tal catálogo de linduras, cada día tendrán que ser mayores los gastos y esfuerzos para vender al capitalismo como el sistema que el mundo necesita, mediante el ocultamiento de tantas realidades que cotidianamente laceran a la mayor parte de la población mundial, no solamente en las naciones subdesarrolladas.
Sólo por la fuerza de la propaganda y con la amenaza de las armas, ambas alimentadas con gigantescos recursos financieros y humanos en detrimento de los intereses reales de la humanidad, se mantiene la hegemonía global de Estados Unidos.
Véase cómo, para ejecutar la dominación militar, en medio de la crisis global del capitalismo, Washington ha instalado alrededor del planeta cerca de mil bases militares y libra dos grandes y cruentas guerras para mantener su ocupación de dos países en aras de sus objetivos geopolíticos y los intereses estratégicos de las grandes corporaciones petroleras.
Pero se hará cada vez más difícil hacer entender a los pueblos que es sostenible por más tiempo un sistema que genera tanta injusticia entre los seres humanos y que se muestra inepto en el manejo de las relaciones de éstos con la naturaleza. No se sabe si queda tiempo a la humanidad para reparar, en aras de su supervivencia, el desastre provocado en el medio ambiente por la voracidad que mueve al capitalismo, un sistema que no se puede humanizar, porque su naturaleza intrínseca es inhumana.
Un sistema, comoquiera que se le nombre, que anteponga lo social y la solidaridad a la avaricia y la competencia que impone el capitalismo - porque las necesita para existir- es el único camino de que dispone la humanidad para salvarse a partir de su más preciada aptitud, la inteligencia, aplicada a su elemental instinto de supervivencia.
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